A estas alturas es de todos conocida la sensibilidad existente en nuestra sociedad ante esa lacra social conocida como la violencia de género o, mejor dicho, el terrorismo que se da contra las mujeres, así de claro. ¿O acaso un agresor no es un terrorista?
Sin embargo, no es el único tipo de violencia que se da en el seno de los hogares. Menos publicitada es la que surge en el ámbito doméstico. En primer lugar , pero no menos preocupante, porque cada vez son más los casos y van en aumento. Ésta es la violencia que ejercen ciertos hijos contra sus progenitores , sobre todo en edades comprendidas entre los 14 y 18 años, resultando ser víctimas los propios padres. Son situaciones de maltrato totalmente equiparables a las que se dan cuando la víctima es la mujer tras ser sometida por su agresor.
En segundo lugar ,no podemos dejar de lado el conocimiento de la existencia de la violencia que ejercen ciertas mujeres contra sus parejas, o personas con relación análoga. Sí, ellas, en ocasiones, también son agresoras, a pesar de ser quienes están en el interior del sexo débil.
Dicho todo lo anterior, si miramos alrededor encontramos carencias en el marco de la prevención. Por todas partes vemos, escuchamos y sentimos el palpitar de una sociedad preocupada y sensibilizada por la violencia de género, una sociedad que lucha desde la prevención, con fuertes campañas, con intereses políticos en muchos casos.
A mí me preocupa notar esas carencias. Me gustaría tener a mi alrededor las mismas campañas de prevención contra la violencia doméstica que contra la violencia de género; me gustaría ver más anuncios; me gustaría ver más programas; me gustaría ver más protección; me gustaría ver tantas acciones como sean necesarias hasta conseguir una sensibilización social homóloga en todo tipo de violencia, que se pueda dar en el seno de la familia.
En este sentido, cabe destacar la gran labor que se esta realizando desde el GAVID de la Policía Local de Alicante, departamento de violencia de género que cuenta con diez años de experiencia en la asistencia a víctimas de violencia de género y doméstica.
Fue creado por el inspector jefe Iván Reche, altamente cualificado y una de las personas con mayor experiencia en esta materia, liderando el equipo de los siete agentes que lo integran en la actualidad.
Todos ellos pertenecen al propio cuerpo y transmitiéndoles cada día ese saber hacer con matrícula de honor, digno de aquellos que sienten su trabajo como algo vocacional, y que les llena de plenitud personal.
El poder ayudar a las víctimas atendiendo a sus llamadas y poniendo en marcha todos los mecanismos necesarios para brindar la protección óptimaal caso concreto , tras la averiguación de los hechos y puesta a disposición judicial del agresor/a es todo un reto.
Lo que es una auténtica pesadilla, para el GAVID es pan comido. Materializar y dar solución a todos y cada uno de los problemas que surgen como consecuencia de la violencia. El mero hecho de la puesta en marcha de las medidas civiles tales como el régimen de visita de los hijos (las mayores víctimas en estos casos), sin ir más lejos , ya supone la intervención del departamento o la recogida de los enseres personales del agresor/a , entre otros.
Además, desde el GAVID se lleva un seguimiento de todos los atestados siguiendo en contacto con cada caso dependiendo de la gravedad o valoración de riesgo.
Así son las cosas. El buen hacer desde la acción de departamentos como éste supone un gran esfuerzo y brinda una gran ayuda a una sociedad que demanda cada vez más: el reto que supone una adecuada asistencia y auxilio a víctimas de violencia de género y de violencia doméstica.
Me gustaría que hasta el ultimo rincón de nuestro territorio fuese cubierto por departamentos como este aunque mucho mas me gustaría que no tuviesen actividad alguna. ¡¡Me gustaría tanto!! Sería perfecto, no habría víctimas, no habría violencia de género, no habría violencia doméstica, no habría terroristas.
Fuente: laverdad.es
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