Perros, gatos, milanos reales, zorros y lobos, «en una cantidad importante», aparecen muertos junto a los arroyos desde abril.
La Guardia Civil investiga la muerte por envenenamiento de animales en la zona de Valdeolea. Durante los últimos días, efectivos del Seprona y personal de la Dirección General de Montes rastrean la zona en busca de la presencia de un veneno que provoca todos los años un indeterminado número de animales muertos.
Perros, gatos, milanos reales, zorros y lobos «en una cantidad importante, que no podemos precisar», aparecen muertos juntos a los arroyos, según reconoció a este periódico Francisco Javier Manrique, director general de Montes del Gobierno de Cantabria.
Una unidad especializada de la Guardia Civil, apoyada por perros, se trasladará mañana hasta la zona para apoyar las investigaciones y tratar de poner fin a una práctica que puede tener su origen en los ataques de los lobos al ganado de la zona y en los problemas que existen para cobrar las ayudas por la dificultad de certificar la muerte por un ataque de estos depredadores.
Desde el año 2010, las muertes de animales por envenenamiento han sido una constante en la zona de Valdeolea, donde ya se contabilizan 40 perros muertos. Pero en los últimos meses, el fallecimiento de animales se ha incrementado de forma alarmante.
Las primeras investigaciones apuntan a un individuo que actúa en solitario, pero sobre el que se está cerrando el círculo, y que ha ido regando esta zona campurriana de cebos de comida envenenada. «Desde el mes de abril se viene investigando y detectando veneno. Algo pasa, pero desconocemos más detalles. Está todo en manos de la Guardia Civil», explica Francisco Manrique, quien ayer no pudo dar una lista de los animales encontrados, «pero es extensa y llega a todas las especies, desde fauna silvestre a domésticas».
Los envenenamientos se han centrado en las localidades de La Quintana, Las Quintanillas y Las Henestrosas de Valdeolea pero también han matado animales en las localidades de Cervatos, Villaescusa de Campoo de Enmedio y Villacantid de Campoo de Suso.
Hasta tal punto ha llegado la situación y la alarma, que la Fiscalía ha tomado cartas en el asunto y ha ordenado una investigación a fondo, que están realizando agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) y agentes de la Dirección General de Montes, de la Consejería de Ganadería del Gobierno de Cantabria.
Hay cierta precaución a la hora de aportar información «para no interferir en las investigaciones que se están realizando y no dar pistas al o los culpables», precisó ayer Manrique. No obstante, este periódico ha podido saber que para los envenenamientos se utiliza un potente veneno que mata de manera fulminante. Muestras que han sido encontradas y las vísceras de alguno de los animales muertos han sido enviadas un laboratorio para determinar qué tipo de veneno se está utilizando.
A partir de la detección del tóxico del que se trate, las investigaciones se ampliarán siguiendo el hilo conductor hasta dar con el proveedor del producto.
Los lobos, en el trasfondo
Lo cierto es que en el valle se ve detrás de los envenenamientos un intento de 'alguien' para acabar con los lobos que matan al ganado y cuya presencia parece haberse recrudecido. Se han autorizado batidas pero algunos vecinos aseguran haber visto manadas de hasta siete lobos. Incluso, en El Bardal, en el límite de Enmedio y Valdeolea se ven cerca de la población grupos de hasta cuatro lobos que se acercan a las casas.
Esta teoría es contraria a la que sostiene el director de Montes, que dice que «los envenenamientos se vienen produciendo antes de los ataques de los lobos». Los ganaderos reconocen que la Consejería «está tomando cartas en el asunto, autorizando cacerías» pero se quejan de «que no se cobran los animales muertos porque a veces no se puede certificar la muerte por lobo, debido a que cuando encontramos los animales muertos, no quedan de ellos más que los huesos».
Fuente: eldiariomontañes.es
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