En su juicio, el acusado ha negado que tirara desde su terraza al cachorro y, tras declararse gran defensor de los animales y simpatizante de Greenpeace, ha apuntado que el animal se debió lanzar al vació tirándose desde una de las sillas del balcón: "era una atleta, la perra", ha añadido.
El hombre, que ha aportado una carta de recomendación de una perrera de Badalona en la que trabajó, se ha remitido a varios estudios veterinarios que demuestran que los cachorros de perros y gatos no miden bien las distancias de profundidad hasta transcurridos unos meses desde su nacimiento, por lo que deduce que el cachorro fue víctima de ese problema de inmadurez.
La novia del procesado ha sostenido esa misma versión y, tras calificar de "muy leve" la discusión que el día de los hechos mantuvo con su pareja, ha avalado la hipótesis de que la perra se precipitó sola al vacío por su "hiperactividad".
La mujer, que sigue conviviendo con el acusado y ha tenido con él una hija, ha insistido en el amor que tanto él como su pareja profesan a los animales, hasta el punto de tener en casa dos perros, dos conejos, varios pájaros y una pecera, además de un camaleón que pronto les van a regalar.
Frente a esas declaraciones, la pareja de vecinos que llamó a los Mossos d'Esquadra para avisar del caso de maltrato animal han insistido en que el acusado estaba discutiendo agriamente desde el balcón con su novia, que se encontraba en la calle, con un hatillo de ropa, advirtiéndole de que no volvería a casa.
Al cabo de unos instantes, los vecinos oyeron al acusado gritar "ahí va tu puta perra", tras lo que escucharon un fuerte golpe en la calle y, al asomarse, comprobaron que el cachorro estaba desangrándose en la acera.
Cuando los Mossos d'Esquadra se presentaron en la vivienda del acusado, descubrieron manchas de sangre en la terraza del piso y varios carteles en los que se ofrecía como regalo un cachorro de cuatro meses, con una foto de la perrita, antes de su fallecimiento.
Fuente: EFE
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