3Utilizaban anfetaminas y cafeína para aumentar su agresividad en un local de Callosa de Segura
Agujas, hilos, anfetaminas, espolones artificiales y animales descuartizados. Es lo que encontró ayer la Policía cuando entró en una casa de campo de Callosa de Segura en la que se organizaban «tentaderos» de peleas ilegales de gallos, con suculentas apuestas de por medio. Para darle cobertura a esta actividad prohibida, un grupo había creado una asociación cultural dedicada sobre el papel a la cría y exportación de gallos de raza combatiente español.
Solo era una tapadera. La realidad es que utilizaban animales con las crestas amputadas y los entrenaban para aumentar su agresividad suministrándoles anfetaminas, cafeína o estricnina. Muchos resultaban heridos de muerte y otros se dejaban la vida en la pelea. Las apuestas normales oscilaban entre 300 y 600 euros, pero en las llamadas «peleas del millón» se ponían encima del tapete hasta diez mil euros. La Policía ha detenido a 46 personas, los seis organizadores y otras cuarenta que aportaban sus gallos para luchar.
Entrenados para morir
La investigación se inició hace aproximadamente un mes en torno a los miembros de la supuesta asociación cultural (seis personas). La ley prohíbe expresamente que se realicen apuestas y, por supuesto, que en las peleas haya maltrato o crueldad hacia los animales o acaben en muerte. Y eso era lo que ocurría en ese lugar de entrenamiento para morir de Alicante.
Los animales eran adiestrados para lograr un desarrollo físico «ideal» para la pelea, así como una exacerbada agresividad. Parte de este entrenamiento consistía en la amputación de las crestas y el suministro de sustancias como cafeína, anfetaminas o estricnina. Les aplicaban incluso frotes de limón en las heridas para que no se les infectaran y pudieran seguir adelante, y a los supervivientes se las suturaban de modo casero. Además empleaban espolones artificiales para incrementar el daño.
Las peleas se celebraban habitualmente durante los fines de semana y participantes de provincias limítrofes se desplazaban hasta un local de Callosa de Segura. La entrada al «tentadero» se cobraba a 10 euros y una vez en el interior las apuestas habituales oscilaban 300 y 600 euros. Estas cifras se incrementaban en las denominadas «peleas del millón», en las que los participantes podían llegar a jugarse hasta 10.000 euros por combate.
Los investigadores prepararon un dispositivo para acceder a la vivienda en el momento en que se celebraba una de las peleas ilegales. En el registro del local, los agentes de la Udyco se han incautado de unos 7.000 euros en efectivo, varios tarros con multitud de espolones de patas pertenecientes a gallos muertos, dos petos para pesar gallos, limas para los espolones, sustancias utilizadas para aumentar la agresividad de los gallos y diversa documentación. Una imagen escalofriante por la crueldad imaginable al contemplar las herramientas. Por si fuera poco, en el lugar se hallaron además cuatro ejemplares descuartizados.
Fuente: abc.es
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