19 de octubre de 2011

El fiscal pide 10 meses para el acusado de torturar a dos perros

Propone que al sufrir un trastorno psíquico, siga un tratamiento ambulatorio

Diez meses de prisión solicita el fiscal para N. B. B., acusado de un delito continuado de maltrato animal, por la tortura a que sometió a dos cachorros que sacó previamente de la perrera municipal, y lo hizo en su propio domicilio el 19 de octubre del año 2009.


El inculpado presenta "alteraciones psicopatológicas con presencia de rasgos de tipo paranoide, obsesivo y límite que merman sus capacidades cognitivas", según el informe forense solicitado por el ministerio público antes de realizar la calificación de los hechos, por los que solicita la apertura de juicio oral, que aún no tiene fecha.

En la causa está personada la Asociación para la Defensa de los Animales (Adana) en calidad de acusación particular, así como el colectivo Justicia Animal de Madrid, que solicitan, ambos, una pena que llega a los dos años de prisión sin que su representación legal contemple la atenuante de enfermedad metal, que sí tiene en cuenta el fiscal.

 Raquel García Hierro, de Adana, con Fito, que sobrevivió a la tortura.
 Raquel García Hierro, de Adana, con Fito, que sobrevivió a la tortura.Foto:CEDIDA ADANA

Este reduce por ese motivo la pena de prisión solicitada a los citados diez meses, a la que hay que añadir la inhabilitación por dos años y seis meses para el ejercicio de profesión, oficio o comercio relacionados con los animales.

También pide que el acusado pague 3.942 euros a Adana por los gastos de veterinario que asumió para tratar de salvar a los animales. E interesa como medida cautelar una fianza de 4.000 euros para garantizar las consecuencias económicas de la causa. Así mismo, propone que el acusado cumpla la pena siguiendo un tratamiento psiquiátrico ambulatorio.

N. B. B. según el relato de los hechos del fiscal, procedió con unas tijeras a realizar cortes en distintas partes de los cuerpos de los animales, así como a producirles diversas fracturas y amputaciones de la cola, de las dos orejas y tiras de piel. Luego los metió en una caja junto a varias bolsas y los arrojó a un contenedor de basura en la calle Antonio Ayuso.

Una empleada de la limpieza los encontró y fueron trasladados a una clínica veterinaria, donde fueron asistidos, salvando la vida uno de los dos y siendo necesario el sacrificio del segundo. Estos gastos los abonó Adana.


Fuente: cronicadebadajoz.com

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