6 de junio de 2011

Cuatro lutos en cinco días.


Han sido cinco días trágicos para la violencia de género. Cuatro mujeres asesinadas a manos de sus maridos. Ninguna de ellas había denunciado a sus agresores y verdugos, pese a que en la mayoría de los casos había pruebas y constancia del sufrimiento que padecían Inés, Rosa, Teresa y Miren.
Sus muertes han elevado a 27 el número de mujeres asesinadas a manos de su pareja en lo que va de año. Sin embargo, dejando a un lado cifras y números, ¿cómo es posible tantas muertes en tan pocos días? ¿Hay algún vínculo entre las cuatro muertes? ¿Cuáles eran sus historias?
Este jueves el delegado de Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, apuntaba al 'efecto imitación' y 'paso a la acción' por parte de los agresores. Es decir, el hecho de que los asesinatos se hayan producido tan seguidos en el tiempo es una señal de este 'efecto imitación'. Así Lorente, aunque insistió en que este efecto no es la causa de la violencia de género, sí que defendió que cuando un maltratador comete un crimen, al día siguiente hay un 67% de posibilidades de que otro agresor le imite.
Sin embargo, estas cuatro mujeres guardan una historia que va más allá del estudio, el análisis y la estadística. Cada una de ellas vivió un infierno que acabó en luto.
Cartel de búsqueda de Rosa Galera, asesina por su ex pareja. | Efe
Cartel de búsqueda de Rosa Galera, asesina por su ex pareja. | EfeTeléfono para denunciar casos de violencia de género: 016
Teléfono para denunciar casos de violencia de género: 016




Inés Álvarez, 'una mujer entrañable y buena'




El martes una vecina escuchó gritos y ruidos en la casa de al lado. Alertada llamó a la Guardia Civil y cuando los agentes llegaron nadie esperaba encontrar a Inés Álvarez, de 64 años, muerta en la cocina de su casa en la localidad de Valdecuna, en el concejo de Mieres (Asturias).
Su marido, Constantino Valdés, de 72 años, ex minero y conocido como 'El Pesqueru', asestó un hachazo mortal a su mujer tras una violenta discusión entre ambos. Su madre, que vivía en el mismo edificio, tuvo que presenciar prácticamente en directo la muerte de su hija.
Inés nunca había interpuesto ninguna denuncia contra su marido, con el que llevaba 40 años casada, ni había solicitado orden de protección. Nadie sospechaba de que sufriera malos tratos.
Cuando la Guardia Civil llegó a la casa, 'El Pesqueru' estaba esperando sentado en una silla, tranquilo y con toda la ropa ensangrentada. Tras detenerle, su asesino aseguró que la mató porque su mujer intentó agredirle previamente y que "sólo intentó defenderse". Según señaló su abogado, José Antonio Gutiérrez Hevia, el hombre declaró que Inés intentó agredirle con un cuchillo cuando estaba en la cama.

Teresa Cuervo Gabero, crónica de una muerte anunciada

Puerta de la casa donde murió Teresa. | Efe
Puerta de la casa donde murió Teresa. | Efe

Todos en la calle Mézquita de Museros (Alicante) conocían el sufrimiento de Teresa Cuervo, de 82 años, desde hace años. Sin embargo, ni ella la primera ni nadie interpuso nunca ninguna denuncia contra el que este miércoles se convirtió en su asesino, Ramón Gimeno, 79 años.
Ramón aireaba a los cuatro vientos desde hace tiempo que algún día acabaría con su mujer acuchillándolo. Y no dudó en cumplir su amenaza.
Trastornado porque pensaba que su mujer y su cuñada "le envenenaban la comida", Ramón llevó su obsesión hasta la muerte. Acuchilló a su mujer en casa y después de disparó un tiro en la sien suicidándose.
Hacía tiempo que Ramón, enfermo de diabetes que le ocasionaban graves problemas de salud, no comía lo que Teresa le preparaba y tomó la decisión de contratar a Mar Gómez para que fuera ella quien le hiciera la comida. También fue Mar la última persona que habló con él.
El miércoles por la tarde Ramón la llamó y le dejó un mensaje muy claro"mañana ven con tu marido que te llevarás una sorpresa". Mar no pudo esperarse al día siguiente y acudió a la casa del matrimonio. Allí se encontró a Teresa muerta con varias puñaladas en el estómago y en la cabeza.
Al lado, su verdugo con un tiro en la sien y su último hilo de vida y junto a él, encima de la mesa una nota y 1.500 euros para su entierro, pero no para el de su mujer.

Miren Canales, viviendo con su asesino

Entrada al chalé donde murió Miren. | Quique Falcón
Entrada al chalé donde murió Miren. | Quique Falcón

El domingo Miren Canales Blanco, de 41 años, acudía a los Juzgados de Guardia de Móstoles. Iba a poner una denuncia contra su ex marido porque la había pegado. Sin embargo, cuando la magistrada de guardia le ofreció la posibilidad de poner medidas cautelares contra su agresor, ella decidió esperar a hablar con su abogado, según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Nunca habría una denuncia más. El martes Victor Manuel Pérez Muñoz, del que se había divorciado hacía menos de un mes, pero con el que seguía viviendo, le asestó cuatro puñaladas y la mató dejando su cuerpo ensangrentando en el pasillo de la casa que compartían. Después él mismo llamó al Summa, poco antes de que su hijo Iker, de 13 años, llegara del colegio. "Papa ha matado a mamá", le tuvieron que decir.
Miren presentaba varias heridas incisas, la más grave en el tórax, que podría haberle alcanzado el corazón, y el resto en el pecho y la pierna. Otra le atravesaba el brazo, con el que habría intentado cubrirse. Tras media hora tratando de recuperarla, la mujer fallecía en el suelo del salón.
Los problemas económicos que padecía la pareja les había obligado a tener que vivir bajo el mismo techo aunque la situación fuera insostenible.Discusiones constantes y violentas que los vecinos escuchaban día sí y día no.

Rosa Galera, 'si te veo con otro te mato'

[foto de la noticia]

Desde el lunes, la familia de Rosa Galera no vivía. Su hija había desaparecido y todos pensaban en lo peor, que se confirmó este jueves, cuando la Guardia Civil encontró el cuerpo de esta joven de 28 años en una rambla de Tabernas, en Almería.
Sólo quedaba encontrar el cuerpo de Rosa porque su asesino ya llevaba más de 38 horas detenido. Óscar, su ex marido de 35 años, participó en la primera jornada de búsquedavisiblemente "nervioso y afectado", sin embargo, muchos eran los que sospechaban de él. Su adicción a las drogas y varios episodios violentos que tuvo que sufrir la víctima le señalaban como culpable. Finalmente confesó horas después de encontrar el cuerpo de Rosa.
De hecho, era el padre de Rosa quien reconocía este miércoles que Óscar había amenazado en más de una ocasión a su hija y en alguna ocasión le habría dicho que "si me entero de que estás con otro te mato".
Ambos mantenían una relación "muy tensa" desde que se separaran hace dos años. Desde entonces la familia de Rosa le había pedido que le denunciara, pero Rosa había preferido no hacerlo para "no hacer sufrir más" a la hija que ambos tenían en común.
"Rosa nunca ha querido denunciarlo por malos tratos, sobre todo por su hija, pero toda la familia le aconsejó que lo hiciera en reiteradas ocasiones" explicó el alcalde del municipio, Rodrigo Sánchez.

Fuente: elmundo.es

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