19 de abril de 2011

Un vecino de Poio agrede a martillazos a su mujer en presencia de sus hijas de 13 años.


Un vecino y un guardia civil intentaron interceptar al hombre que en su huida dejó atrás el arma utilizada en la agresión.

Agentes de la Guardia Civil interrogan a potenciales testigos delante del inmueble.  // Gustavo Santos

Agentes de la Guardia Civil interrogan a potenciales testigos delante del inmueble. 



La Guardia Civil localizó y detuvo a primera hora de la noche de ayer en el término municipal de Sanxenxo a un vecino de Poio, de 43 años de edad, que supuestamente había atacado a martillazos a su pareja unas horas antes. El suceso se produjo en lugar de Porteliña, en Poio.

Según ha trascendido del caso, el detenido habría golpeado con un martillo en la cabeza a su pareja

delante de sus dos hijas, unas gemelas de trece años, cuyos gritos de auxilio alertaron al vecindario y provocaron la huida del hombre, tal como relataron testigos presenciales.

El hombre, cuya identidad responde a las iniciales J.C.R. y que es natural de Ponte Caldelas, fue conducido a la sede de la 614 Comandancia, en donde pasó la noche y en donde hoy prestará declaración por un supuesto delito de violencia de género y previsiblemente por otro de amenazas, que habría cometido al encararse a los agentes que efectuaron la detención.

Un vecino y un agente de la Guardia Civil, fuera de servicio y que casualmente estaba en una clínica dental del inmueble en donde sucedieron los hechos, intentaron interceptar, sin éxito, al hombre que en su huida dejó atrás el arma con la que habría golpeado reiterada y violentamente a la mujer en la cabeza, en el torso y en los brazos.

Antes de soltar el martillo tuvo tiempo de golpear en un costado al vecino con el que se cruzó y con el que mantuvo un breve forcejeo.
El suceso ocurrió a media tarde de ayer en el lugar de Porteliña, en lo que hasta hace unos días era el domicilio familiar de ambos.

Al parecer la pareja tenía poca relación con los vecinos, alguno de los cuales, sin embargo, relató que con anterioridad al violento episodio de ayer se habían oído fuertes discusiones y broncas entre ambos.

Graves lesiones.


Hasta el lugar se desplazaron en pocos minutos el servicio de emergencias del 112, que asistió a la víctima y a sus dos hijas, presas de gran nerviosismo por la tragedia vivida, además de la Guardia Civil que se puso al frente del caso.

La herida, aterrorizada y en estado de shock, fue trasladada al hospital Montecelo en donde se constató la gravedad de las lesiones.
La mujer, M.V.P., natural de Campelo y de 40 años de edad, presentaba al menos dos fracturas craneales, una de ellas con hundimiento, pérdida auditiva y hematomas y erosiones en distintos puntos de la cabeza, el torso y los brazos. Estas últimas lesiones eran claramente de carácter defensivo.

Calificado su estado de "reservado" fue trasladada al Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI) en donde quedó ingresada a cargo del servicio de Neurocirugía. Serán sus especialistas los que hagan un seguimiento de la evolución de los traumatismos y valoren la necesidad de practicar algún tipo de intervención.

El paso del tiempo también permitirá definir el alcance de las lesiones y las secuelas que puedan derivarse de ellas y en consecuencia las responsabilidades penales e indemnizatorias que se deriven del proceso judicial que se pone ahora en marcha.

Mientras que la mujer agredida era atendida en el Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP), la Guardia Civil montó un dispositivo de vigilancia en torno a la vivienda de la familia por si el presunto agresor volvía al lugar de los hechos y en previsión de que pudiese intentar atacar a las niñas, testigos involuntarios de lo sucedido.

Recogidas.


Las dos menores fueron recogidas por su abuela materna, según confirmaron fuentes próximas a la investigación, que se hará cargo de ellas hasta el regreso de su madre a casa.

Paralelamente se inició la búsqueda del supuesto agresor, que llamó por teléfono para anunciar que se iba a suicidar. Una amenaza que fue valorada con reservas pero que fue utilizada por los investigadores para trazar una ruta de localización del autor de la supuesta brutal agresión.

Los agentes de la Guardia Civil centraron sus pesquisas en Poio y los municipios limítrofes, al entender que el estado de nerviosismo y desorientación evidenciado en la llamada telefónica haría que no estuviese muy lejos del lugar de los hechos.

También dirigieron su atención hacia el municipio natal de J.C.R., Ponte Caldelas, por si optaba por regresar a su tierra de origen.
Finalmente la Guardia Civil localizó al supuesto agresor en el concello de Sanxenxo.


Fuente: farodevigo.es

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